!! NOS CAMBIAMOS !!

MUY PRONTO ESTAREMOS CON UNA NUEVA DIRECCION EN LA WEB

Colecta anual a favor del Seminario Diocesano de Autlán

Pequeña reflexión... 


                                                       IV DOMINGO DE PASCUA
                                                        "Domingo del Buen Pastor

Apreciables hermanos en la fe. “No existe la Iglesia sin pastor, pues es el pastor quien congrega a las ovejas, y es ante su presencia que las ovejas sienten pertenecer a un mismo rebaño”. Hoy, día de nuestro Seminario Diocesano, en el que lleva a cabo su colecta anual, vengo a compartirles el mensaje que Dios nos quiere transmitir. La Iglesia ha caminado siempre bajo la guía de nuestro Pastor de pastores.
Es necesario siempre reconocer que nos congregamos como ovejas entorno a nuestro único y Buen Pastor: Jesús. Por qué Cristo es el Buen Pastor? Porque conoce a cada hombre, a cada uno de nosotros. Él siempre ha estado con cada uno de nosotros, desde el principio de nuestra existencia. Él nos conoce porque ha estado en nuestras alegrías, penas, dolores, gozos.
Mis ovejas escuchan mi voz: es urgente distinguir la voz de Dios en medio de tantas palabras, voces, ruidos. Necesitamos saber escuchar. Distinguir la voz de Dios resulta sumamente difícil hoy en día. Físicamente nos vemos obstruidos por materiales absurdos y vanos, como son la computadora en su mal uso, los reproductores de música con piezas que no hablan más de que mera basura. Estos obstáculos físicos no es que sean “malos” sino es que nosotros no les hemos dado el uso correcto. Otros aspectos que han llegado a ser obstáculo para escuchar la voz de Dios terminan en un “no quiero saber nada Dios”. El hombre se ha impresionado por el mundo que él ha construido, y ha dejado de ver que el origen de todo lo creado es Dios en su grandeza natural. El hombre se ha hecho sordo a Dios porque opaca su pensamiento con la impresión del mundo limitado y desechable que ha ido formando. Necesitamos urgentemente hacer un alto en nuestro camino para escuchar la voz de Dios en el sacerdote, en el niño, en cualquier hermano.
Yo las conozco y ellas me siguen: aquí vale la pena cuestionarnos en cuanto a nuestro testimonio de cristianos. Conocer al Padre a través de Jesús  implica una acción, no solo palabras bonitas que mueven mis pensamientos  en ese momento. Sería importante preguntarnos: Me preocupo de conocer y respetar a las demás personas al estilo de Jesús? El estilo de Jesús implica un cambio total en la vida, el estilo de Jesús es el de amar incondicionalmente, su estilo causó mucho escándalo entre los judíos, y hoy sigue siendo motivo de expectación. Puedo conocer y respetar a los demás al estilo de Jesús porque hijo de Dios soy, Cristo me ha hecho su hermano. Dios jamás me pondrá algo en el camino que no pueda sobrellevar. Es muy importante cuestionarme si de verdad encuentro en los demás a Cristo, porque de no ser así, resulta un mero teatro mi asistencia a la celebración eucarística.
“Nadie da lo que no tiene”: Jesús nos contagia activamente de la felicidad de vivir en el amor. Vivir en él y por el amor no es una labor fácil. Para quien piense que amar a la novia/o, o al hermano, incluso al mismo Dios consiste en una sensación hermosa de cuento, pues se verá defraudado  muy pronto. El amor es todo un arte que implica una enseñanza justa y constante; requiere conocimiento y esfuerzo. La mayoría de la gente de hoy cree que el amor es una sensación placentera, cuya experiencia es una sensación de azar, algo con lo que uno “tropieza” si tiene suerte. Es por ello que urge demostrar y encontrar el verdadero amor que Dios ya vino a mostrarnos. Es mandato divino la vivencia del amor. Debemos vivirlo para poder darlo. Tenemos una gran necesidad de experimentar el amor de Dios para así poder transmitirlo. Cómo voy a dar amor si estoy seco por dentro?
Hoy estamos viviendo tiempos de grandes conflictos, tiempos de turbación. Por todas partes se nos bombardea con filosos distorsionadores del camino hacia Dios. La Iglesia está sufriendo, está siendo atacada. Ahora el medio que utilizan es el desprestigio por los anti testimonios de los sacerdotes. Es cierto que existen malos ejemplos por parte de nuestros pastores y que se dan más constantemente rupturas entre oveja y pastor. Se acusan a sacerdotes de haber cometido delitos, se les publica y se les obstruye el derecho a su buena fama, que todo hombre por derecho natural posee, y eso no se les tiene en cuenta. Pero nunca debemos olvidar que nuestro Pastor de pastores siempre camina con nosotros. Aunque la Iglesia sea atacada, aunque la pretendan destruir, jamás será vencida, porque esto no es obra de un hombre, sino que es obra del mismo Dios.
A pesar de estos errores que se han cometido y que se seguirán cometiendo (porque somos imperfectos), nuestra mirada debe estar fija en el único Pastor excelso: Cristo Jesús. En Jesús, que conoce nuestra integridad humana, nuestra vida.
Es por ello que necesitamos pedir con todas nuestras fuerzas a Dios que envíe pastores santos, sanos y sabios, porque es a la Iglesia a la que le corresponde el misterio de la guía espiritual de los hombres en su totalidad. Imaginémonos un pueblo sin pastores… San Juan María Vianney dice: “dejen a un pueblo sin sacerdote veinte años, y adoraran a las bestias”. Algunos dirán también: pero quien quiere ser sacerdote con esta podredumbre que hay actualmente. Pues es así que con mayor razón necesitamos orar por los sacerdotes que ejercen su ministerio y para que el Señor siga enviando más operarios a su mies.
Coloquemos nuestro granito de fe permitiendo y alentando a quienes han tomado la decisión de seguir a Jesús por puro gusto. Alimentemos esas vocaciones con nuestra oración. Reconozcamos en aquellos que se han entusiasmado por Jesús su valentía y firmeza.
Acuérdense hermanos que las obras de caridad fortalecen nuestro espíritu, desprendámonos de un poco de lo que Dios nos ha dado, y ofrezcámoslo por la formación de aquellos que quieren servirnos. Lo que depositamos de ayuda no es una limosna, sino una ofrenda agradable a Dios. Una ofrenda que será bien aceptada y reconocida por Dios cuando estemos frente a Él. Lo que coloquemos en ese sobre, representará nuestra gratitud hacia Dios por permitirnos caminar de la mano de un sacerdote. 
           Que el Señor Jesús, que es nuestro Dios y Salvador, que nos conoce, nos ama, nos escucha y nos observa, que es nuestro hermano y el mejor amigo, nos conceda la gracia de contar siempre con la mano amiga de uno de sus representantes aquí en la Tierra, que nos haga contar siempre con la compañía de uno de sus servidores, de un sacerdote.

                                                                                                                                      Por: JEPO 

0 comentarios:

Publicar un comentario